Aunque puede haber algunas organizaciones que definan de forma diferente el ciclo de vida de los activos de TI, la mayoría de ellas siguen pasos similares a los siguientes:
- solicitud
- cumplimiento
- despliegue
- monitorización
- servicio
- retirada
En líneas generales, el ciclo se inicia cuando se reconoce una necesidad y se realiza una solicitud. Se definen factores importantes, tales como qué activos se necesitan, cómo obtenerlos o cómo se usarán y financiarán. Durante la fase de cumplimiento tiene lugar la construcción, la compra, el arrendamiento o la concesión de licencias de los activos. A esto le sigue la fase de despliegue, en la que se supervisa la instalación de los activos en el ecosistema de TI. Tras ella, viene la fase de monitorización, que contribuye a garantizar que los activos funcionen eficazmente. En la fase de servicio se procede al mantenimiento y actualización de los activos para prolongar su vida útil. Por último, cuando los activos dejan de ser necesarios, se retiran y se eliminan. Esta fase incluye la transición de los usuarios a recursos alternativos, la actualización de registros, la cancelación de contratos, la revocación de licencias y la planificación para la sustitución de activos.
En la gestión de hardware, el “inventario” puede incluirse como una fase independiente.