El concepto de infraestructura de red describe en conjunto el hardware y el software (como conmutadores, enrutadores y recursos virtuales) que hacen posible la conectividad y el funcionamiento de la red. Son elementos cruciales para el flujo de datos y el acceso a Internet, ya que respaldan la seguridad y la capacidad de ampliación en las redes de TI de la organización.
Conectividad, comunicación instantánea, rastreo en tiempo real y análisis de datos avanzados: todos estos aspectos dependen de que los sistemas que los sustentan sean capaces de interactuar y compartir datos sin problemas. Para conseguirlo, se valen de una infraestructura de red, compleja y, al mismo tiempo, fundamental. Estamos rodeados de redes que desempeñan un papel especial en los negocios empresariales. La infraestructura de red moderna conecta el hardware y el software en una sofisticada red de servidores y puntos finales, lo que da forma a un intrincado ecosistema de componentes físicos y digitales que mantiene en movimiento la funcionalidad global. Desde proporcionar conexión a Internet hasta respaldar operaciones de negocio cruciales, la infraestructura de red es una tecnología fundamental que respalda a organizaciones de prácticamente todos los sectores.
Los orígenes de la infraestructura de red se remontan a los primeros días de las redes de telecomunicaciones, y han evolucionado desde simples conexiones entre ordenadores dentro de una sola habitación hasta el vasto entramado interconectado que envuelve el planeta hoy en día. Desde sus inicios rudimentarios, ha crecido hasta convertirse en un marco de trabajo sofisticado y multicapa que es fundamental para el modo en que la sociedad moderna interactúa, se entretiene y comercia.
La infraestructura de red tiene un número casi ilimitado de casos de uso, desde permitir el trabajo y la educación remotos hasta respaldar sistemas sanitarios, transacciones financieras e incluso la transmisión de contenido multimedia. La mayoría de las organizaciones empresariales dependen también en gran medida de que la infraestructura de red funcione correctamente, ya que utilizan la conectividad avanzada que ofrece para garantizar una comunicación y un intercambio de información fluidos entre empleados y departamentos, proporcionar acceso instantáneo a recursos digitales, mejorar la productividad y ofrecer una experiencia más satisfactoria a los clientes.
Decir que tener una infraestructura de red eficaz "es importante" es quedarse corto. La realidad es que la mayoría de las organizaciones modernas dependen por completo de sus redes y de la infraestructura que las respalda, y que dejarían de funcionar si fallara. Por este motivo, tanto el sector público como el privado otorgan una gran prioridad a la optimización y el mantenimiento de sus infraestructuras de red.
Una infraestructura de red mal gestionada puede tener numerosas consecuencias con un potencial devastador enorme. La reducción de la conectividad y la fiabilidad de la red provoca tiempos de inactividad que interrumpen las actividades empresariales, y puede ralentizar la productividad hasta casi detenerla. Si no se soluciona, esta situación puede afectar gravemente a los ingresos y a la reputación de la empresa, lo que perjudica a la percepción que tienen de la marca los clientes, los socios, los posibles empleados e incluso los empleados actuales. A esto, además, hay que sumarle que un tráfico de red lento o inseguro puede desembocar fácilmente en filtraciones de datos, y que una infraestructura de red ineficaz puede agravar incluso los peores peligros.
Por lo tanto, una infraestructura de red fiable es una inversión interesante para cualquier empresa.
A veces pensamos en Internet (y los sistemas que aglutina) como una única red que lo abarca todo. Sin embargo, se compone de millones de redes más pequeñas, muchas de las cuales adoptan formas diferentes o están diseñadas para adaptarse a usos o entornos específicos. Principalmente, la infraestructura de red puede dividirse en tres categorías:
Tras el aumento en el uso que han experimentado a lo largo de la última década (en parte gracias a la creciente predominancia de los dispositivos móviles inteligentes personales), es posible que las redes inalámbricas sean el tipo de infraestructura de red más utilizado. Se valen de ondas de radio para conectar dispositivos sin necesidad de cables físicos. Las tecnologías inalámbricas como Wi-Fi, las redes móviles (3G, 4G y 5G) y Bluetooth se han vuelto omnipresentes y posibilitan una gran variedad de actividades personales y profesionales. Las redes inalámbricas son flexibles y fáciles de implementar, lo que resulta especialmente útil en configuraciones dinámicas o temporales.
Mientras que las redes inalámbricas dominan los entornos domésticos y de consumo, muchos entornos empresariales e industriales prefieren trabajar con redes con cable por su velocidad, fiabilidad y ventajas de seguridad, especialmente para aplicaciones críticas. Esto se debe a que este tipo de infraestructura de red utiliza cables físicos (normalmente Ethernet o de fibra óptica) para conectar los dispositivos y transmitir mayores volúmenes de datos de una forma más rápida y segura. Los inconvenientes de este tipo de infraestructura están relacionados con el mantenimiento de los cables, los gastos de hardware y las dificultades que conlleva ampliar o cambiar las redes que utilizan conexiones físicas.
Las redes híbridas combinan elementos y ventajas de la infraestructura inalámbrica y con cable. Combinan conexiones por cable para los dispositivos de red principales (como conmutadores, enrutadores, servidores y estaciones de trabajo principales) con conexiones inalámbricas (como puntos de acceso Wi-Fi, redes móviles y conexiones Bluetooth). Las redes híbridas pueden gestionar ambos tipos de conexiones para encontrar el punto de equilibrio entre fiabilidad y flexibilidad.
Dentro de estas tres clasificaciones principales de infraestructura de red, también encontramos variantes más específicas. Por ejemplo: ·
- Redes de satélites: estas redes utilizan los satélites que orbitan alrededor del planeta para proporcionar conectividad y hacer posible la comunicación en lugares remotos o con poca señal donde la infraestructura tradicional no es viable.
- Centros de datos: los centros de datos constituyen el núcleo de la infraestructura de red, ya que alojan servidores y sistemas de almacenamiento que procesan y gestionan grandes cantidades de datos. Estas formas de infraestructura de red son fundamentales para respaldar la computación en la nube, el alojamiento web y las operaciones de TI empresariales a gran escala.
- Redes de servicios por cable: se usan sobre todo para ofrecer servicios de Internet, televisión e incluso telefonía, y utilizan cables coaxiales o de fibra óptica para transmitir los datos a alta velocidad.
- Redes de fibra: por medio de hilos finos de vidrio o plástico por los que se transmiten datos en forma de pulsos de luz, las redes de fibra proporcionan las mayores velocidades y capacidades de ancho de banda, conformando la columna vertebral de Internet y de las aplicaciones de alta demanda.
- Redes de energía y servicios públicos: estas redes son esenciales para la distribución y gestión de la energía eléctrica y otros servicios públicos. Dependen cada vez más de las tecnologías digitales para optimizar su eficiencia y fiabilidad. Estos son solo algunos ejemplos de subcategorías de la infraestructura de red, y no cabe duda de que, a medida que la tecnología evolucione, seguirá expandiéndose.
Al igual que una red consta de varios sistemas que funcionan unidos, la infraestructura de red se compone de un complejo conjunto de dispositivos y componentes. Estos elementos colaboran para garantizar que los datos se puedan transmitir, recibir y procesar de forma eficiente a través de diferentes redes y plataformas. Desde el hardware que dirige el tráfico hasta el software que administra el flujo de datos, cada componente desempeña un papel crucial en la funcionalidad y el rendimiento de la red.
La mayoría de los ejemplos de infraestructura de red incluyen estos componentes principales:
Estos equipos informáticos son la base de la red y están dedicados a administrar sus recursos. Ejecutan aplicaciones, almacenan datos, alojan sitios web, envían y reciben comunicaciones, y realizan otras tareas para servir a los dispositivos cliente en la red.
Estos dispositivos conectan múltiples redes entre sí y dirigen los paquetes de datos entre ellas. Determinan la mejor ruta para que los datos viajen a través de las redes hasta llegar a su destino.
Los conmutadores conectan varios dispositivos dentro de una misma red. A diferencia de los enrutadores, operan en la capa del enlace de datos para administrar el tráfico de datos y crear una red de dispositivos interconectados.
Los cortafuegos son dispositivos de seguridad o aplicaciones de software que supervisan y controlan el tráfico de red entrante y saliente en función de unas reglas de seguridad predeterminadas. Actúan como una barrera entre las redes internas, que son seguras, y las redes externas que no son de confianza, como Internet.
Además de estos elementos centrales, existen otros dispositivos y componentes que pueden dar respaldo a la infraestructura de red. Por ejemplo:
- Software
"Software" es un término amplio que incluye herramientas de gestión y supervisión de redes, sistemas operativos y aplicaciones que facilitan la funcionalidad y la seguridad de la red. - Cables y conectores
Estos son los elementos físicos que se utilizan para conectar los dispositivos de red. Pueden incluir cables Ethernet o de fibra óptica y los conectores que unen los dispositivos a los cables. - Antenas
Las antenas se utilizan en las redes inalámbricas para transmitir y recibir señales, lo que permite a los dispositivos conectarse a la red sin cables físicos. - Estaciones base
Las estaciones base son el componente de las redes de telefonía móvil que conecta los dispositivos móviles a la red y gestiona la comunicación a través de señales inalámbricas. - Sistemas operativos
Un sistema operativo es el software que gestiona los recursos de hardware y proporciona servicios comunes dentro de un sistema informático, al tiempo que permite a los usuarios utilizar el sistema sin necesidad de tener conocimientos avanzados del código informático subyacente. - Redes centrales
La red central, el núcleo de una red de telecomunicaciones, conecta los principales nodos de red (como los asociados a ubicaciones geográficas o países). - Fibras
Las fibras ópticas se utilizan en las redes de fibra para transmitir datos en forma de pulsos de luz a alta velocidad y a través de largas distancias. - Puertas de enlace
Las puertas de enlace son dispositivos o software que actúan como puente entre diferentes redes o protocolos para que puedan comunicarse y compartir datos. - Tarjetas de red (NIC)
El componente de hardware que permite a los equipos informáticos y otros dispositivos conectarse a una red. Son chips físicos o placas de circuitos que se instalan en los sistemas informáticos para crear una conexión de red específica. - Repetidores
Los repetidores regeneran o amplifican las señales de una red para ampliar la distancia de transmisión. - Satélites
Se utilizan en redes para proporcionar servicios de telecomunicaciones, radiodifusión e Internet en grandes áreas. - Servicios de protocolo de transmisión
Servicios de software esenciales que definen las reglas para la transmisión de datos a través de las redes y ayudan a garantizar la integridad de los datos, además de una comunicación correcta entre dispositivos. - Concentradores
Los concentradores son dispositivos de red que conectan varios dispositivos Ethernet entre sí para que puedan actuar como un único segmento de red. Estos componentes transmiten datos a todos los dispositivos conectados. Desafortunadamente, sin una inteligencia que determine el destino de los datos, la red puede acabar congestionándose, de ahí que los concentradores sean cada vez menos comunes en las infraestructuras de red modernas.
El diseño de la infraestructura de red es un proceso estratégico crucial para la planificación, implementación, supervisión y gestión de una red de TI. Es una estrategia meticulosa y fundamental para garantizar que una red cumpla los requisitos operativos específicos de una organización, incluidos aspectos como la capacidad, el ancho de banda, la calidad del servicio, la seguridad y la resiliencia. Al identificar estos requisitos al principio de la fase de planificación, las organizaciones pueden crear una red que no solo satisfaga sus necesidades actuales, sino que también pueda ampliarse para acomodarse al crecimiento de la demanda en el futuro.
La importancia del diseño de la infraestructura de red va más allá de la configuración inicial. Una vez que una red está en marcha, el marco de trabajo de diseño desempeña un papel fundamental en la detección y resolución de los problemas de la red. Permite a los profesionales de TI comprender las complejidades de los distintos componentes de la red, cómo interactúan entre sí y las consecuencias que un fallo en un dispositivo puede tener en el rendimiento general de la red y en los servicios que dependen de ella. El diseño de la infraestructura de red no es un proceso estático, sino que evoluciona con la red que sustenta.
En esencia, la infraestructura de red guía el desarrollo y el crecimiento de la red de TI de una organización, garantizando que la red esté en buen estado y sea segura, además de ser lo suficientemente flexible para adaptarse a los constantes cambios en los entornos tecnológicos y los requisitos empresariales.
La gestión de la infraestructura de red es un aspecto de las operaciones de TI que implica supervisar y optimizar el rendimiento, la seguridad y la fiabilidad dentro de las infraestructuras de red. Este proceso permite a las organizaciones maximizar la eficiencia de la red, mitigar los riesgos y respaldar la continuidad empresarial identificando y eliminando los cuellos de botella en el rendimiento. Para conseguirlo, la gestión de la infraestructura de red incorpora lo siguiente:
Las herramientas de supervisión de la infraestructura de red, que se encargan de supervisar de forma continua el estado y el rendimiento de la red, rastrean diversas métricas (como el flujo de tráfico, las tasas de uso y la disponibilidad) para que los administradores puedan identificar y abordar los problemas de forma proactiva.
La gestión de la configuración tiene como objetivo mantener un registro preciso de la configuración del hardware y el software de la red. Esto ayuda a garantizar que los cambios en la configuración de red se documenten, autoricen e implementen correctamente sin interrumpir el servicio.
La gestión del rendimiento se centra en optimizar el funcionamiento de la red. Incluye el análisis de los datos de rendimiento para identificar cuellos de botella, problemas de latencia y otros factores que podrían afectar a la eficiencia de la red, para luego adoptar medidas correctivas con las que mejorar el rendimiento.
Este aspecto trata de detectar, aislar y resolver los problemas de red para minimizar el tiempo de inactividad. Los sistemas de gestión de fallos alertan a los administradores de los problemas y los ayudan a abordar y rectificar rápidamente los fallos antes de que afecten a los usuarios.
La gestión de la seguridad, un componente vital para proteger la red y sus datos ante el acceso no autorizado y otras amenazas a la seguridad, abarca la implementación de cortafuegos, sistemas de detección de intrusiones, cifrado, etc.
Como explicamos antes, se trata de una estrategia para diseñar una infraestructura de red que satisfaga las necesidades actuales y futuras de la organización. Consiste en seleccionar las tecnologías y configuraciones adecuadas para optimizar el rendimiento y la capacidad de ampliación.
La planificación es crucial para poder expandir o actualizar correctamente la infraestructura de red. Hay que evaluar los requisitos futuros de la red, elaborar presupuestos y programar actividades para garantizar que la red evolucione en consonancia con los objetivos de la organización.
Las actividades de mantenimiento periódicas se aseguran de que la red siga funcionando sin problemas. Incluye actividades como actualizar el software, sustituir el hardware obsoleto y hacer comprobaciones rutinarias para atajar posibles problemas.
La infraestructura de red no solo es el corazón de los sistemas digitales actuales, sino que también es el centro de las capacidades de negocio modernas. La Gestión de activos de TI (ITAM) de ServiceNow ofrece una solución completa que simplifica la gestión del hardware, el software y los activos en la nube a través de una única plataforma integrada. Al automatizar el ciclo de vida de los activos de TI, ServiceNow ayuda a las organizaciones a controlar los costes, minimizar los riesgos y optimizar la eficiencia de la infraestructura de red. Su conjunto de aplicaciones, que está dotado de inteligencia artificial e inteligencia nativa, proporciona información crítica sobre los costes, el uso y el cumplimiento de los activos de TI, lo que permite tomar decisiones informadas y optimizar las operaciones.
ITAM ofrece un conjunto completo de herramientas y funciones, entre las que se incluyen la gestión de activos de software y hardware, la gestión de costes en la nube y la gestión del ciclo de vida completo de los activos empresariales. Reduce los gastos de TI y mitiga los riesgos a la vez que optimizas la eficiencia operativa y brindas a tu infraestructura el apoyo que necesita para funcionar con seguridad y sin problemas. ServiceNow hace todo eso posible.
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