La seguridad de red engloba las herramientas, medidas, procesos y roles destinados a proteger las redes frente a los ciberataques y otras amenazas para la seguridad.
Si bien la existencia de los sistemas informáticos se remonta a mediados del siglo XX, el mundo no entró realmente en la era de la información hasta que esos sistemas se pudieron conectar. En la actualidad, la mayoría de los ordenadores están conectados a otros sistemas digitales a través de redes que les permiten intercambiar datos, compartir recursos y mejorar su capacidad y sus competencias de una manera más sencilla y eficiente. Sin embargo, tal evolución no está exenta de peligros, ya que cada punto final de una red informática es un posible punto de entrada para los atacantes malintencionados que quieren acceder a datos confidenciales. Y, una vez que están dentro, les es relativamente sencillo moverse sin obstáculos por todos los sistemas conectados.
Para responder a estas amenazas, las organizaciones modernas recurren a la seguridad de red.
En esencia, la seguridad de red es un tipo de ciberseguridad que pone más énfasis en la protección de los sistemas informáticos interconectados y los puntos finales que los componen. Por este motivo, la seguridad de red cubre numerosas medidas diseñadas para proteger la infraestructura de red subyacente contra el acceso no autorizado, el uso indebido o el robo. El objetivo es crear un lugar seguro donde los dispositivos, las aplicaciones, los usuarios y los datos puedan trabajar e intercambiar información de una manera segura. Con ayuda de las medidas de seguridad de red, las empresas pueden rastrear e investigar el tráfico de la red y reaccionar rápidamente ante las posibles amenazas para asegurarse de que un recurso tan esencial como es la infraestructura de red esté protegido de los ataques maliciosos.
En otras palabras, la seguridad de red lo engloba todo, desde la educación de los usuarios y el análisis de los datos de la red hasta la prevención de las intrusiones y la respuesta a estas. Si no se toman medidas de seguridad de red adecuadas, tanto la red como los datos de la empresa serían vulnerables a la piratería informática, los ataques de phishing, los virus, el malware y otras amenazas para la seguridad.
Con miles de puntos finales que no dejan de aumentar a medida que se añaden nuevos dispositivos y aplicaciones, las redes de las empresas modernas son extremadamente complejas. Para proteger estos sistemas tan dinámicos, la seguridad de red utiliza un modelo por capas con políticas y herramientas diseñadas para abordar las necesidades específicas de cada área, lo que proporciona numerosas capas de defensa con varios controles. Estos controles se pueden dividir en tres categorías de soluciones de seguridad de red:
A menudo, el eslabón más débil de la seguridad de la red es el factor humano. Los usuarios autorizados, como los empleados y contratistas, pueden dejar expuestos los sistemas y los datos confidenciales a un ataque sin darse cuenta (o incluso de forma intencionada). Para combatir estas “amenazas internas”, las organizaciones deben crear controles administrativos, es decir, políticas y procedimientos que regulen el comportamiento de los usuarios dentro de la red. Por lo general, estas medidas suelen consistir en formaciones para concienciar sobre la seguridad, políticas que regulan las contraseñas, políticas de control de acceso y planes de respuesta a incidentes. El objetivo es educar a quienes tienen acceso a la red y, al mismo tiempo, limitar el acceso a las áreas que no sean relevantes para sus cometidos actuales.
No todas las amenazas para la seguridad de una red son de origen virtual. Los controles físicos son aquellas medidas de seguridad que protegen los activos físicos de la organización, como cámaras de seguridad, dispositivos IoT (Internet de las cosas) y enrutadores, entre otros. Los controles físicos son especialmente importantes para las organizaciones que almacenan información confidencial o activos valiosos en sus instalaciones. Estos controles, como las cerraduras de las puertas y los lectores biométricos, están diseñados para evitar el acceso no autorizado a los recursos y para detectar y reaccionar ante cualquier infracción o actividad maliciosa que pueda tener lugar.
Si los controles físicos ayudan a proteger el hardware y los dispositivos en el mundo real, los controles técnicos son las defensas digitales que hay en la propia red. Estos controles incluyen elementos como firewalls, sistemas de detección de intrusiones, sistemas de cifrado y software antivirus. Los controles técnicos son una medida de protección fundamental contra las ciberamenazas internas y externas, ya que identifican los peligros potenciales y avisan automáticamente a los equipos de respuesta.
En pocas palabras, la seguridad de red tiene una doble finalidad: permitir que los usuarios verificados puedan acceder por medio de una autorización a los recursos relevantes de la red y, al mismo tiempo, impedir que los atacantes malintencionados y las amenazas internas puedan poner en riesgo los datos confidenciales. Gracias a esto, las organizaciones pueden proporcionar servicios de red sin interrupciones a los clientes y los empleados. Más concretamente, una seguridad de red eficaz ofrece las siguientes ventajas empresariales:
Son muchos los riesgos que acechan a la seguridad de red, y no todos proceden de atacantes malintencionados. A medida que aumentan los peligros relacionados con los datos en riesgo, Gobiernos de todo el mundo promulgan leyes destinadas a garantizar que las organizaciones que recopilan y almacenan datos de clientes se responsabilicen de su seguridad. Además de reducir el riesgo de sufrir una filtración de datos, una solución de seguridad de red bien implantada da prioridad al cumplimiento normativo, lo que ayuda a empresas de todos los tamaños a evitar las sanciones derivadas de no proteger los datos de los usuarios.
Las personas con acceso a varios permisos tienen más probabilidades de influir en la integridad de los datos y el sistema de la red. La seguridad de red ayuda a gestionar el acceso a la red mediante controles para garantizar que los usuarios se verifiquen correctamente y que nadie pueda interactuar con recursos que no necesite. La gestión del acceso también puede ayudar a las empresas a supervisar el comportamiento de los usuarios y a prevenir las posibles amenazas antes de que se materialicen.
Los clientes saben que su seguridad digital depende de las competencias de seguridad de red de las organizaciones con las que eligen hacer negocios, de ahí que incluso una pequeña infracción pueda llevar a los clientes a buscar una opción alternativa. La respuesta a este rompecabezas está en la seguridad de red. Para demostrar su compromiso con la protección de los datos de los clientes y ganarse su confianza, las empresas pueden implantar medidas de seguridad eficaces, y una buena reputación en materia de seguridad también puede atraer a nuevos clientes y socios que valoren la privacidad y la seguridad de los datos.
Por último, la seguridad de red promueve la transformación digital, ya que permite a las empresas adoptar nuevas tecnologías e innovaciones sin exponerse a mayores niveles de riesgo. A medida que estas innovaciones revolucionan la manera de colaborar y trabajar en el mundo, la seguridad de red ayuda a los empleados de hoy en día a la vez que protege los activos digitales esenciales.
Puesto que las amenazas digitales están en constante evolución, las empresas deben adoptar una estrategia integral para proteger los sistemas, datos y dispositivos esenciales de la red. Para ser eficaz, una estrategia de seguridad de red debe ser capaz de contrarrestar los numerosos riesgos cibernéticos a los que deben hacer frente las organizaciones de hoy en día.
Entre los tipos más comunes de seguridad de red que deben implantar las organizaciones se incluyen los siguientes:
El control de acceso consiste en permitir el acceso a los datos y recursos únicamente a los usuarios y dispositivos autorizados. Se puede implantar a varios niveles, como en el físico, en la red o en las aplicaciones.
Los programas antivirus protegen los ordenadores y las redes frente a todo tipo de malware, como virus, gusanos y troyanos. Estos programas analizan el sistema y eliminan cualquier código malicioso que encuentren, pero deben actualizarse con frecuencia para incluir las nuevas amenazas.
La seguridad de aplicaciones es un concepto amplio que abarca las herramientas y estrategias destinadas a proteger las aplicaciones de software frente a los ciberataques y otras amenazas digitales. Entre otras, incluye prácticas de codificación segura, pruebas de vulnerabilidades y gestión de parches.
El análisis del comportamiento es un tipo de seguridad de red que utiliza algoritmos de aprendizaje automático para analizar el comportamiento de los usuarios y detectar anomalías que puedan indicar una amenaza para la seguridad. Puede usarse para identificar las amenazas internas y detectar los ataques en tiempo real con el fin de que los equipos de respuesta actúen antes de que los infiltrados puedan causar daños graves.
La seguridad en la nube protege los datos y las aplicaciones alojados en entornos de nube. Cubre el control de acceso, el cifrado de los datos y el cumplimiento de los reglamentos específicos del sector.
La prevención de la pérdida de datos (DLP) engloba las herramientas y procesos que se utilizan para proteger los datos confidenciales contra la pérdida y los daños, como medidas de cifrado de datos, controles de acceso y la supervisión de la red.
La seguridad del correo electrónico tiene el objetivo de fortalecer los sistemas de correo electrónico y evitar los ataques de phishing, el correo no deseado y la descarga de malware. Por ejemplo, se pueden excluir los correos electrónicos de remitentes no verificados, analizar los archivos adjuntos en busca de código malicioso y aplicar políticas de correo electrónico seguro entre los empleados.
Un firewall o cortafuegos es un sistema de seguridad de red que supervisa y controla el tráfico que entra y sale con base en unas reglas de seguridad predeterminadas. Actúa como una barrera entre una red interna, segura y de confianza y una red pública que no es de confianza (como Internet). Los firewalls impiden el acceso no autorizado a la red y pueden bloquear el tráfico malicioso.
La seguridad de redes industriales se centra en proteger los sistemas de tecnología operativa (OT) que se utilizan en entornos industriales, como plantas de fabricación y redes eléctricas. La segmentación de la red, los controles de acceso y los sistemas de detección de intrusiones son medidas que forman parte de la seguridad de redes industriales.
Los sistemas de prevención de intrusiones (IPS) son dispositivos de seguridad de red que detectan y previenen el tráfico malicioso en la red. Para identificar y bloquear los ataques, utilizan una combinación de métodos de detección basados en firmas y basados en el comportamiento. Además, estos sistemas pueden responder automáticamente a un ataque bloqueando el tráfico procedente de la dirección IP de origen.
La seguridad de dispositivos móviles protege los smarthones, tabletas y otros dispositivos móviles contra varios tipos de riesgo con medidas como el cifrado eficaz de los datos, la gestión de dispositivos y el acceso seguro a los recursos de la empresa.
La segmentación de red consiste en dividir una red en redes secundarias más pequeñas o segmentos con el fin de mejorar la seguridad. Para ello, se crean barreras entre las diferentes partes de la red con el fin de limitar el acceso a los recursos y las aplicaciones según el rol o el permiso de seguridad de los usuarios.
La gestión de incidentes e información de seguridad (SIEM) recopila y analiza datos relacionados con la seguridad de numerosas fuentes, como firewalls, sistemas de detección de intrusiones y herramientas de seguridad.
Una red privada virtual (VPN) es una conexión segura y cifrada entre dos dispositivos a través de una red no segura. El personal que trabaja de forma remota suele utilizar VPN para acceder de forma segura a los recursos de la empresa desde fuera de la oficina. Asimismo, las VPN también permiten a las empresas establecer conexiones seguras entre varias oficinas.
La seguridad web está diseñada para proteger los sitios y las aplicaciones web contra los ataques a través de Internet y el acceso ilegítimo al backend. Incluye medidas como la codificación segura, las pruebas de vulnerabilidades y los firewalls para aplicaciones web.
La estrategia de seguridad de una organización es tan fuerte como su estrategia de seguridad de red. Lamentablemente, a medida que las amenazas de red se vuelven cada vez más variadas, conseguir que la seguridad le siga el ritmo puede convertirse en una tarea titánica. Sin embargo, ServiceNow puede ayudarte.
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