La transformación digital es un cambio fundamental en la forma en que las empresas operan e interactúan con los clientes que consiste en la integración de la tecnología digital.
Desde antes incluso de la revolución industrial, las empresas han sido el motor y catalizador de las mejoras tecnológicas. Sin embargo, aunque los avances en la automatización de las fábricas y la proliferación de la energía eléctrica permitieron a las empresas de principios del siglo XIX ampliar su alcance mucho más allá de lo que había sido posible hasta entonces, la introducción relativamente reciente de la tecnología de la información digital ha dado lugar a un nuevo tipo de revolución. Hoy en día, las tecnologías digitales desempeñan funciones esenciales en cada sector y mercado.
Lamentablemente, este rápido aumento de herramientas y sistemas digitales ha generado una gran desconexión en términos de intercambio de información. En ordenadores portátiles, dispositivos personales y redes cerradas es habitual encontrar herramientas ad hoc aisladas incapaces de interactuar entre sí o compartir datos esenciales en tiempo real. Ante este panorama, las empresas están descubriendo que, para estar al día y seguir siendo ágiles y escalables, es necesario aprovechar las tecnologías emergentes para algo más que para la creación o mejora de productos; se deben utilizar para ayudar a facilitar una auténtica transformación digital en toda la organización a través de la eliminación del aislamiento y otras barreras que dificultan la colaboración digital eficaz.
La transformación digital no es ni más ni menos que la reinvención total de las operaciones de negocio en la era de la información. Exige la integración completa de la tecnología digital fiable en todas las áreas de negocio con el fin de cambiar en esencia o sustituir los procesos existentes y crear una nueva cultura empresarial basada en la conectividad: un nuevo enfoque de la forma en que las organizaciones ofrecen valor a sus clientes.
Las expectativas de los clientes se han disparado en la era digital, por lo que las organizaciones deben dar prioridad a ofrecerles una experiencia del cliente óptima. Esta área de transformación digital implica aprovechar la tecnología para crear interacciones perfectas y personalizadas en cada punto de contacto a lo largo de todo el recorrido, desde antes de la compra hasta el servicio posventa. Mediante la implementación de sólidos sistemas de administración de la relación con los clientes, análisis de datos, inteligencia artificial y otras herramientas digitales, las empresas pueden obtener conocimientos profundos del comportamiento, las preferencias y las necesidades de los clientes. Esta comprensión les permite ofrecer experiencias personalizadas, mejorar la satisfacción del cliente y fomentar la fidelidad a largo plazo.
Para lograr la excelencia operativa, las organizaciones deben optimizar sus procesos internos a través de la transformación digital. Esto implica la identificación de las tareas menos eficientes y su automatización siempre que sea posible mediante el aprendizaje automático, la automatización robótica de procesos (RPA) y otras tecnologías de automatización. La digitalización de los flujos de trabajo manuales puede suponer para las empresas la mejora de la productividad, la reducción de costes, un menor número de errores y la aceleración del tiempo de comercialización. Además, la implementación de plataformas de colaboración y herramientas de comunicación facilitará el trabajo de los equipos multifuncionales, lo que repercutirá positivamente en la agilidad y la innovación, al tiempo que acaba con el aislamiento de recursos en toda la organización.
Para las organizaciones, la transformación digital representa una oportunidad para redefinir sus modelos empresariales y crear nuevas fuentes de ingresos. El Internet de las cosas (IoT), el blockchain, la computación en la nube y otras tecnologías emergentes también abren las puertas a un nuevo planteamiento de la propuesta de valor de las empresas. Este nuevo enfoque puede implicar la transición de los modelos tradicionales centrados en productos a modelos basados en suscripciones o resultados, o bien el aprovechamiento de los datos para ofrecer soluciones personalizadas. Algunas organizaciones pueden optar por ir un paso más allá en la transformación digital y explorar nuevos mercados a través de plataformas digitales.
Una infraestructura de TI ágil y en buen estado es la columna vertebral de la transformación digital. La adopción de la computación en la nube, la virtualización y otras soluciones tecnológicas ágiles ayuda a las organizaciones a modernizar sus sistemas heredados y crear un ecosistema tecnológico flexible y escalable. Esta ventaja permite una rápida implementación de nuevos servicios digitales, fomenta la colaboración entre departamentos y ubicaciones, y garantiza la resiliencia y la seguridad ante posibles ciberamenazas. Además, el aprovechamiento de la informática perimetral y las tecnologías 5G puede hacer posible el procesamiento de datos en tiempo real y la compatibilidad con aplicaciones emergentes como dispositivos del Internet de las cosas (IoT) y sistemas de inteligencia artificial (IA).
Los datos se han convertido en el alma de las organizaciones modernas, y aprovecharlos de forma eficaz es fundamental para el éxito de la transformación digital. Sin embargo, la transformación digital va más allá del simple uso de las herramientas adecuadas; además de implementar sistemas de gestión de la información sólidos, marcos de trabajo de gobernanza de datos y soluciones avanzadas de análisis, la transformación digital supone asumir un cambio cultural, en el que básicamente cada decisión está respaldada por información obtenida a través del análisis fiable de los datos.
La transformación digital es un viaje complejo que requiere un enfoque estratégico e integral. Para llegar al final con éxito, las organizaciones deben basarse en cuatro pilares clave que, al aplicarlos correctamente, formarán una base sólida sobre la que desarrollar sus iniciativas digitales.
La digitalización de las operaciones dentro de la organización implica la automatización de procesos manuales y la optimización de los flujos de trabajo, así como la integración de herramientas y sistemas de automatización digital en todos los departamentos. Implica además la implementación de plataformas compartidas y herramientas de comunicación que faciliten la colaboración y el intercambio de conocimientos sin problemas entre los empleados, independientemente del lugar donde se encuentren.
A medida que el comportamiento y las preferencias de los clientes se dirigen cada vez más hacia los canales digitales, las organizaciones deben adaptar sus esfuerzos de marketing al nuevo entorno. Para ello deben reforzar su presencia en línea mediante el uso de las redes sociales, optimizar sus sitios web con motores de búsqueda y aprovechar el análisis de datos para comprender el comportamiento y las preferencias de sus clientes. Por otro lado, las campañas de marketing digital personalizadas y dirigidas pueden ayudarles a llegar a su público objetivo de forma más eficaz, fomentar la fidelidad a la marca y multiplicar sus ingresos.
Por último, el cuarto pilar de la transformación digital consiste en explorar nuevas oportunidades de negocio, una iniciativa que anima a las organizaciones a adoptar la innovación y a pensar más allá de los ingresos habituales. Adoptar un enfoque basado en la experimentación y el pensamiento emprendedor, permite a las empresas identificar nuevas oportunidades entre las tecnologías emergentes, las tendencias del mercado y las necesidades de los clientes. Las organizaciones pueden optar por invertir en startups, establecer asociaciones estratégicas o crear laboratorios de innovación internos para fomentar la creatividad y la colaboración.
La transformación digital es una reevaluación de cómo funciona una organización, desde los sistemas que utiliza, hasta su enfoque del marketing, las ventas, el soporte, etc. Pero si bien las tecnologías en sí mismas pueden ser complejas, la motivación para adoptarlas e implementarlas no suele serlo. Las empresas modernas están adoptando la transformación digital para ayudar a garantizar su supervivencia continuada.
La reciente pandemia mundial de la COVID-19 generó una profunda confusión de gran alcance en todo el mundo empresarial. Hubo interrupciones en las cadenas de suministro, un aumento de la demanda de soluciones de trabajo remoto, presiones para acelerar el tiempo de comercialización, así como repentinos cambios en las necesidades y expectativas de los clientes. Para sobrellevar todas estas fluctuaciones, las organizaciones se vieron obligadas a adaptarse rápidamente o, de lo contrario, sufrir las consecuencias. Si bien la transformación digital no es un concepto nuevo, adquirió una importancia especial en 2020 y 2021, ya que fue crucial para garantizar la continuidad empresarial en un panorama incierto. Hoy en día, las organizaciones de todo el mundo están más comprometidas que nunca con el fomento de una economía digital global.
Dado el amplio alcance de la transformación digital, las ventajas asociadas a ella son igualmente ilimitadas. La transformación digital tiene la capacidad de mejorar prácticamente todos los aspectos del negocio. Dicho esto, algunos beneficios principales suelen destacar por encima de los demás:
Un aspecto clave de la transformación digital es la consolidación de las herramientas de TI en un solo conjunto o plataforma. Mediante la centralización de estos recursos digitales, las empresas pueden terminar con la confusión y la ineficiencia que genera el crecimiento desmedido de la TI, al tiempo que reducen los costes operativos. La transformación digital integra software, aplicaciones y bases de datos, lo que les permite funcionar con mayor sinergia.
Las empresas modernas deben ser capaces de adaptar sus procesos al estado del mercado y a las necesidades de sus clientes, para lo cual necesitan recopilar información fiable y relevante. La transformación digital renueva las prácticas de recopilación de datos y crea potentes sistemas que permiten recopilar datos aplicables en tiempo real e incorporarlos completamente con el fin de obtener una inteligencia empresarial de alto nivel. Esto significa un acceso constante a información siempre actualizada, que proporciona a los responsables de la toma de decisiones los conocimientos que necesitan para tomar medidas con confianza.
La mera recopilación de los datos correctos no proporciona beneficios, a menos que las organizaciones tengan la capacidad de convertirlos en información real y procesable. La transformación digital evita el aislamiento de los datos y, en su lugar, garantiza el análisis de la información recopilada y hace posible que se utilice adecuadamente con el fin de alentar el crecimiento empresarial y ofrecer experiencias del cliente óptimas.
Un enfoque común en la transformación digital es el uso de herramientas digitales para mejorar las comunicaciones y la colaboración internas. El acceso centralizado a importantes bases de datos y herramientas esenciales, que se gestionan y mantienen en una sola ubicación digital, ayuda a eliminar los peligros de los recursos que no se ubican en el lugar correcto. Asimismo, las empresas pueden mantener un registro claro de todas las interacciones y comunicaciones empresariales. Una colaboración mejorada digitalmente ayuda a establecer una cultura realmente digital.
Si las herramientas digitales se gestionan eficazmente, ayudan a las organizaciones a hacer más con menos. Los flujos de trabajo automatizados, los sistemas de aprendizaje automático y el acceso centralizado a la información contribuyen a la capacidad de crecimiento de una empresa, sin limitaciones asociadas con la disponibilidad. La transformación digital facilita la escalabilidad para adaptarse a los cambios en las necesidades empresariales.
Cuando cambian las expectativas de los clientes y los mercados, es habitual que las empresas no sigan el ritmo. La transformación digital no solo permite a las organizaciones realizar análisis de datos optimizados que mejoran la identificación y la anticipación de los cambios a medida que ocurren, sino que también les brinda la agilidad que necesitan para responder rápidamente. Al incorporar estrategias de mejora continua, la transformación digital proporciona a las empresas un medio para adaptarse a cualquier cambio.
Básicamente, la tecnología existe para permitir a los usuarios hacer más. Las tecnologías de transformación digital no son diferentes. Con las herramientas digitales adecuadas, como la automatización y el aprendizaje automático, las empresas pueden reducir significativamente el tiempo dedicado a tareas esenciales y repetitivas. Esto libera a los empleados y gerentes para que se centren en la estrategia y en otras cuestiones.
Aunque a veces se usan como sinónimos, la transformación digital no es lo mismo que la digitalización.
La digitalización es simplemente el proceso de convertir la información analógica (por ejemplo, la información almacenada en documentos físicos) en información digital. Este término también se usa más en el contexto de los procesos empresariales, donde se usa la información digital para mejorar la eficiencia del trabajo. Por otro lado, la transformación digital lleva la digitalización a su conclusión lógica y aplica tecnologías digitales a cada aspecto de la empresa ampliando las ventajas asociadas a toda la organización.
En la transformación digital, un marco de trabajo es el modelo estratégico que guía a las organizaciones a lo largo del proceso de cambio. Se trata de un enfoque estructurado que describe los componentes clave, las metodologías y las etapas que dan forma a una transformación digital satisfactoria. Proporciona a las organizaciones una hoja de ruta para abordar los desafíos del proceso de transformación y garantiza que las iniciativas están en sintonía con los objetivos establecidos.
Los empleados de muchas organizaciones suelen asumir que todo lo “digital” es asunto exclusivo del departamento de TI. Sin embargo, la transformación digital no es responsabilidad exclusiva de un solo departamento o equipo; requiere un cambio cultural que involucre a todos los niveles y funciones de la organización, y tiene el potencial de optimizar la forma en que los empleados interactúan, se comunican y realizan sus actividades diarias. Por todo esto, la transformación digital debe ser responsabilidad de todas las partes involucradas.
Hay que tener en cuenta que no todos los miembros de la organización responderán de la misma manera a los mensajes o enfoques de transformación digital. Para lograr los objetivos de transformación, las organizaciones deben aceptar que no todos los grupos de la organización parten del mismo punto ni tienen las mismas expectativas. Algunas personas recibirán de buen grado las nuevas tecnologías y formas de trabajar, mientras que otras serán más reticentes a los cambios. El uso de mensajes, programas y entornos personalizados es esencial para abordar las diversas necesidades y posturas dentro de la organización.
Además, fomentar una cultura de aprendizaje continuo y adaptabilidad es fundamental para el éxito de la transformación digital. Se trata de un proceso ininterrumpido que requiere que las personas estén abiertas a nuevas ideas, dispuestas a adoptar la innovación y comprometidas con la mejora continua de sus habilidades digitales. Las organizaciones deben fomentar la colaboración, el intercambio de conocimientos y la celebración de pequeñas victorias para crear un entorno positivo y favorable para la transformación digital.
Para muchas empresas, el aspecto más difícil de la transformación digital no tiene tanto que ver con la tecnología como con la gestión de la organización a través del cambio. Estos cambios fundamentales se denominan sistemas de inteligencia.
Los sistemas de inteligencia son aspectos esenciales de la transformación digital que combinan los sistemas de registro existentes con análisis de datos avanzados y en tiempo real. Los sistemas de inteligencia tienen cuatro pilares clave:
A pesar de los avances continuos en la tecnología digital, los empleados de una empresa siempre serán su recurso más valioso. Los activos de información deben ser lo suficientemente completos y accesibles para satisfacer todas las necesidades del personal dentro de una organización, incluidas las necesidades de análisis de datos. Al mismo tiempo, la transformación digital permite a las empresas proporcionar a sus trabajadores opciones de formatos de datos personalizados, como la posibilidad de trabajo remoto e informática móvil. Por último, para dotar verdaderamente de recursos a los empleados, es necesario promover una cultura digital de alto rendimiento.
Si los empleados son el corazón de una empresa, los clientes son su alma. La transformación digital ayuda a garantizar que se cumplan las expectativas de los clientes y que los problemas de gestión de datos no influyan negativamente en la experiencia del cliente. Con las innovaciones y los recursos adecuados, las organizaciones pueden interactuar y desarrollar mejor las relaciones con los clientes en entornos de redes sociales, ofrecer interacción en tiempo real a través de varias plataformas y personalizar la experiencia del cliente para cada individuo. Esto da lugar a una experiencia del cliente perfecta y con un alto nivel de personalización.
La optimización de operaciones implica la unión de los procesos, las personas y la tecnología para dar nueva forma a una organización desde dentro. La transformación digital permite a las empresas desarrollar un conocimiento preciso de los procesos actuales de todos los departamentos y funciones, mediante la creación de completos repositorios de datos que sirven como una vista única de los datos y pueden ser una base sólida para los esfuerzos analíticos.
La transformación de los productos es el último pilar de la transformación digital. Las nuevas tecnologías, si se gestionan adecuadamente, pueden hacer avanzar la innovación de los productos y servicios mucho más allá de los umbrales actuales. Esto trae consigo un gran aumento en la propuesta de valor de una organización.
Aunque la transformación digital suele considerarse un objetivo positivo para las empresas, no todas las iniciativas de este tipo salen airosas. Para evaluar la eficacia y el valor que generan los esfuerzos de transformación digital, es importante medir el retorno de la inversión (ROI) de estas iniciativas. Aunque cuantificarlo puede ser complejo debido a su amplio impacto en varias áreas de la organización, existen algunas métricas y métodos clave que pueden ayudar a evaluar el éxito de la transformación.
El método más directo para medir el ROI es a través de métricas financieras, como el aumento de los ingresos, el ahorro de costes y la mejora de la rentabilidad. Las organizaciones pueden rastrear los cambios en los flujos de ingresos, las tasas de captación y retención de clientes, y la eficiencia operativa resultante de las iniciativas de transformación digital con el fin de compararlas con los datos previos a la transformación. De este modo, obtienen una imagen más clara del impacto financiero y pueden calcular más fácilmente el ROI.
También deben tenerse en cuenta las métricas no financieras, como la satisfacción del cliente, el compromiso de los empleados, la duración de los ciclos de los procesos y los niveles de innovación. Las encuestas, los comentarios y las evaluaciones cualitativas también aportan conocimientos sobre los beneficios intangibles y las mejoras que conlleva la transformación digital.
Para llevar a cabo con éxito la transformación digital, debe aplicarse un enfoque deliberado e integral basado en los objetivos, la estructura y la posición de la empresa en el mercado. A continuación se describen algunas prácticas recomendadas para garantizar el éxito de la transformación digital:
El primer paso de la transformación digital consiste en conocer en profundidad el panorama del sector y dónde se encuentra la organización dentro de él. El análisis de las tendencias del mercado, los competidores y las expectativas de los clientes proporciona conocimientos que serán de gran valor para elaborar la estrategia de transformación.
La transformación digital es una preparación para lo que está por venir, por lo que es esencial analizar la situación del mercado, pasada y presente, y utilizar los datos obtenidos para hacer predicciones fundamentadas de posibles circunstancias futuras. Este paso incluye la identificación de las tecnologías y tendencias emergentes, así como la anticipación del impacto de los cambios en el sector.
Las organizaciones deben evaluar sus propias capacidades, procesos y sistemas internos actuales con el fin de identificar áreas de mejora. En el ámbito externo, es necesario que realicen investigaciones para conocer las necesidades, las preferencias y el comportamiento de sus clientes. Ambos enfoques combinados sentarán las bases de una estrategia de transformación digital específica.
Las organizaciones deben ver en la transformación digital una oportunidad para replantearse todo su modelo empresarial, todos sus procesos y su forma de abordar las interacciones con los clientes. Con este cambio de mentalidad, se logrará una integración plena de la transformación digital en el ADN de la organización.
Expresar la visión con claridad, establecer objetivos específicos y describir las iniciativas y los hitos necesarios para alcanzarlos son elementos clave de un plan de transformación digital eficaz. Si se basa en información bien definida, la hoja de ruta es un enfoque estructurado para priorizar y ejecutar las iniciativas de transformación digital.
En ocasiones, la transformación digital encuentra barreras internas, pues algunos de los elementos de una organización podrían mostrarse contrarios a los cambios. Es esencial identificar y abordar estos obstáculos de forma positiva y proactiva, lo cual probablemente implique una comunicación interna clara y el fomento de una cultura que abrace la innovación y el aprendizaje continuo, además de contar con el respaldo de las iniciativas de gestión de cambios adecuadas.
Las organizaciones que se esfuerzan por lograr la transformación digital deben ser conscientes de que no están solas en ese viaje. La creación de un ecosistema de socios sólido puede facilitar el acceso a la experiencia, las tecnologías y los recursos que necesitan para agilizar el proceso. Las relaciones con los socios pueden abarcar desde proveedores de tecnología hasta sartups, expertos del sector e incluso clientes. No se debe subestimar el valor de las asociaciones y la colaboración para las iniciativas de transformación digital.
La agilidad y la adaptabilidad son requisitos básicos de transformación digital. Las organizaciones deben adoptar una mentalidad ágil para responder a las cambiantes dinámicas del mercado y a las nuevas necesidades de los clientes. Las metodologías ágiles permiten una experimentación rápida, un desarrollo iterativo y una mejora continua, que son elementos fundamentales para el éxito de la transformación.
Al fin y al cabo, la transformación digital no es solo un coste, es una inversión, y como tal deben abordarla las organizaciones, asignando recursos suficientes, tanto financieros como humanos, para apoyar las iniciativas de transformación. Este cambio de mentalidad garantiza la sostenibilidad a largo plazo y el compromiso con el proceso de transformación digital.
Dado el alcance de la transformación digital, no debería resultar sorprendente que existan varios obstáculos que las empresas tendrán que superar antes de rediseñar sus procesos. Estos son algunos de los desafíos:
Las iniciativas de transformación digital pueden toparse con el rechazo de la gerencia intermedia. A menudo, estos gerentes ven en la transformación digital una amenaza para sus posiciones y las de las personas que tienen a su cargo. Por este motivo, es posible que se resistan a los cambios, de manera consciente o inconsciente. Ajustar los programas de compensación, ofrecer opciones de formación y mejora de las habilidades profesionales o involucrar a la gerencia intermedia en la planificación de la transformación digital puede facilitar su aceptación, de modo que cuando llegue el momento de implementar mejoras digitales, el liderazgo no muestre reticencias.
Como se ha mencionado anteriormente, la transformación digital requiere un cambio de cultura. La resistencia al cambio y la falta de compromiso de los empleados pueden obstaculizar el progreso de las iniciativas digitales. Para fomentar el sentido de propiedad y entusiasmo que son cruciales en las iniciativas de transformación digital, debe hacerse hincapié en la comunicación, la educación y la participación. Destaca las ventajas de la transformación digital, ofrece formación y apoyo, e involucra a los empleados en el proceso de toma de decisiones para despertar su interés en la transformación.
La transformación digital requiere la colaboración entre diferentes departamentos y funciones, pero el aislamiento de los datos puede ser un obstáculo para la integración de las iniciativas digitales. Las organizaciones deben promover una cultura de colaboración, romper las barreras que impiden el flujo de información relevante y establecer canales de comunicación claros para garantizar una coordinación multifuncional perfecta durante todo el proceso de transformación.
Con el avance de las organizaciones en su viaje digital, crece la necesidad de aplicar medidas de privacidad de los datos y ciberseguridad. Dar prioridad a la seguridad de los datos e implementar medidas de ciberseguridad sólidas, además de procurar el cumplimiento normativo, no solo garantiza la integridad de los esfuerzos de transformación digital, sino que también fomenta la confianza entre los clientes cuyos datos podrían estar en riesgo.
La transformación digital requiere inversión financiera, por lo que las limitaciones presupuestarias pueden suponer un desafío. Para garantizar una financiación adecuada de las iniciativas digitales, podría ser necesario reasignar recursos, buscar financiación externa o priorizar los proyectos en función de su valor estratégico. Una planificación financiera y una asignación de recursos eficaces son fundamentales para asegurarse que las iniciativas de transformación digital cuenten con el debido respaldo.
El entorno normativo que rodea la transformación digital suele ser complejo y evolucionar rápidamente. Para garantizar el cumplimiento de las normativas, las organizaciones deben estar al día de cualquier nueva norma o cambio legislativo relevante. Adaptarse a las nuevas normativas y garantizar que las iniciativas digitales se ajusten a los requisitos legales puede ser todo un reto, pero es fundamental evitar los riesgos de incumplimiento y la pérdida de reputación.
La falta de una cultura digital dentro de la organización puede impedir el progreso de la transformación digital, ya que las empresas encontrarán obstáculos a la hora de desarrollar esa cultura, especialmente si tienen una larga trayectoria y sus empleados confían en metodologías tradicionales. Romper estos hábitos y fomentar una mentalidad de innovación y agilidad requiere invertir en formación, el apoyo del equipo de liderazgo y un entorno de aprendizaje continuo.
Una comunicación deficiente entre el departamento de TI y el resto de la organización es una de las causas que más se mencionan al hablar sobre iniciativas de transformación digital fallidas. Con frecuencia, las estrategias de cambio digital provienen del lado comercial de la organización, en lugar del departamento de TI. Lamentablemente, esto a veces significa que no se incluye la TI en la planificación de la transformación digital. Esta falta de comunicación puede crear varios problemas, como la interrupción del acceso a sistemas y herramientas esenciales. Para resolver este problema, los ejecutivos de TI deben trabajar junto con los líderes empresariales en cada paso de la transformación digital.
La transformación digital tiene la capacidad y la obligación de generar cambios en cada parte de una organización, pero no todos ellos tienen que ocurrir de inmediato. Algunas empresas terminan subestimando la complejidad de sus procesos internos. Intentar modernizar varios procesos complejos a la vez puede ser una tarea demasiado grande para abordarla eficazmente. En su lugar, se debería considerar la posibilidad de transformar un solo proceso o subproceso cada vez. Esto hace que sea más fácil reconocer y resolver problemas específicos a medida que surgen y evitar que causen problemas en otras áreas.
La transformación digital plantea un reto a la hora de transformar los procesos operativos, ya que requiere que las organizaciones se olviden de los discos duros individuales y adopten herramientas, sistemas y bases de datos compartidos. La formación y la gestión de cambios son fundamentales para guiar a los empleados a través de la transición, y debe hacerse hincapié en las ventajas de la colaboración y el mantenimiento de la integridad de los datos. Al optimizar los procesos operativos y fomentar una cultura que adopte soluciones digitales compartidas, las organizaciones se aseguran de que todas las partes accedan a la misma fuente de información fiable en lo que respecta a sus datos.
La transformación digital es un tema popular y muchas de las empresas más importantes están adoptando con pleno convencimiento la centricidad digital. Pero la transformación digital no es en sí misma un objetivo. Las empresas necesitan razones, datos de apoyo y objetivos establecidos si desean obtener los beneficios prometidos. Con una visión general sólida, respaldada por objetivos claros, las organizaciones pueden coordinar sus estrategias digitales y embarcar a todos los involucrados en un proyecto común.
La transformación digital está respaldada por una serie de avances, cada uno diseñado para ayudar a las organizaciones a innovar, automatizar y optimizar sus operaciones. Entre las tecnologías que desempeñan un papel clave en esta transformación se incluyen las siguientes:
La inteligencia artificial y la automatización optimizan los procesos, facilitan el análisis predictivo y mejoran la toma de decisiones, lo que permite a las organizaciones adoptar un enfoque más eficiente de sus operaciones, así como personalizar las experiencias de los clientes.
En lugar de los discos duros almacenados localmente que requieren la presencia física del usuario, la computación en la nube brinda acceso completo a través de Internet a recursos informáticos, como soluciones de almacenamiento, procesamiento y software. El resultado es una mayor escalabilidad, rentabilidad y flexibilidad, además de la posibilidad de que las organizaciones aprovechen las tecnologías avanzadas sin tener que hacer grandes inversiones en infraestructura interna.
Gracias a la nube híbrida, que combina entornos de nube pública y privada, las organizaciones pueden aprovechar la escalabilidad y la rentabilidad de las nubes públicas, al tiempo que mantienen el control sobre los datos y las aplicaciones confidenciales en las nubes privadas.
Las arquitecturas de microservicios dividen las aplicaciones en servicios más pequeños e independientes, lo que aporta flexibilidad, escalabilidad y agilidad al desarrollo de software. Este enfoque permite a las organizaciones idear, crear e implementar aplicaciones rápidamente, con la consiguiente reducción del tiempo de comercialización y sin detrimento de la calidad.
Esta tecnología proporciona capacidades de almacenamiento de datos, autenticación y transacción descentralizadas y seguras. Permite a las organizaciones generar confianza, mejorar la transparencia y agilizar los procesos en una amplia gama de sectores. Aunque es relativamente nueva, el enorme potencial que representa para la seguridad de los datos la convierte en una tecnología fundamental para respaldar la transformación digital moderna.
El progreso de la transformación digital depende de que el formato de la información y los datos importantes de la organización sea compatible con los nuevos sistemas digitales. La digitalización implica convertir la información analógica en formatos digitales, con el fin de que las organizaciones puedan almacenar los datos, acceder a ellos y analizarlos con más eficacia, además de que facilita la toma de decisiones, permite extraer conocimientos basados en datos y mejora la experiencia del cliente.
Los algoritmos de aprendizaje automático permiten a los sistemas aprender de los datos y realizar predicciones precisas sin necesidad de programación ni interacción humana directa. Esta tecnología crea un enfoque más eficaz de la automatización, las recomendaciones personalizadas, los análisis predictivos y mucho más, lo que repercute positivamente en el avance de la transformación digital.
Mientras que la conectividad a Internet ha sido durante mucho tiempo dominio exclusivo de los ordenadores tradicionales y los dispositivos móviles inteligentes, el Internet de las cosas está integrando el intercambio de información en tiempo real en muchos objetos cotidianos. Esta tecnología conecta muchos dispositivos físicos directamente a Internet, lo que facilita la recopilación de datos, la comunicación y la automatización. Gracias a ello, las organizaciones pueden supervisar, controlar y optimizar sus activos físicos, procesos y entornos en tiempo real, lo que se traduce en una mayor eficiencia y nuevas oportunidades de negocio.
A medida que la digitalización se expande a un número cada vez mayor de sistemas y procesos, los peligros de la latencia se vuelven más evidentes. La informática perimetral acerca la potencia informática a la fuente de datos, lo que reduce la latencia y mejora la capacidad de procesamiento en tiempo real.
La Gestión estratégica de carteras se encarga de controlar los objetivos y las estrategias con el fin de arrancar el proceso de transformación digital, pero para ello requiere las herramientas y los recursos adecuados. ServiceNow AI Platform de ServiceNow® proporciona esas herramientas y ofrece experiencias inigualables a través de un único sistema con soporte en la nube.
La Gestión estratégica de carteras de ServiceNow, basada en ServiceNow AI Platform, permite a las organizaciones integrar los usuarios y flujos de trabajo de manera fácil e intuitiva, así como colaborar de manera eficaz independientemente de la tarea; aplicar tecnologías de automatización avanzadas y crear aplicaciones de soporte personalizadas; acabar con los silos de datos, incluidos los de los departamentos, y crear una única fuente de verdad centralizada; trabajar con programas de aprendizaje automático y agentes virtuales para utilizar recomendaciones sensibles al contexto; analizar minuciosamente el rendimiento empresarial y optimizar las operaciones existentes, al mismo tiempo que mejora la precisión predictiva. ServiceNow AI Platform hace todo esto posible.
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