La gestión de inventario es básicamente una estrategia para hacer un seguimiento de los productos y componentes a medida que pasan por la fase de producción, proveedores, existencias disponibles, ventas, etc. Muchas organizaciones eligen incorporar un mayor nivel de análisis o previsión en su enfoque, sin embargo, el centro y el enfoque de la gestión del inventario siempre será el inventario en sí.
La forma en que funciona la gestión de inventario depende en gran medida del tamaño del negocio y del tipo de producto que se gestiona. Por ejemplo, las organizaciones que manejan productos no perecederos y que además es poco probable que queden obsoletos pueden simplemente almacenar sus productos durante largos periodos de tiempo cuando la demanda es baja. Sin embargo, para la mayoría de las empresas, guardar el inventario no es una opción. Productos como alimentos, prendas de ropa y dispositivos electrónicos, entre otros, tienen un periodo de validez anticipado, tras el cual su valor cae significativamente.
La gestión de inventario funciona mediante la catalogación y la optimización de la compra o producción de esos productos. Ayuda a las organizaciones a calcular mejor el tamaño óptimo del inventario, así como a determinar qué existencias deben estar en cada ubicación en un momento dado. La gestión de inventario también ayuda a gestionar los bienes almacenados y controla la cantidad del producto en venta, localiza los bienes para cumplir con los pedidos y garantiza la gestión correcta de los envíos a los clientes.