La tecnología operativa alimenta los sistemas y procesos que sostienen las operaciones industriales, de fabricación e infraestructuras esenciales. Estos sistemas son fundamentales en sectores como la energía, el transporte o las ciencias biológicas, entre otros. Desafortunadamente, al estar cada vez más digitalizados, los entornos de tecnología operativa se están convirtiendo en objetivo de los ciberdelincuentes. La dependencia de las tecnologías heredadas, sumada a la tendencia a priorizar el tiempo de uso por encima de la seguridad, sitúa a la tecnología operativa en una posición especialmente vulnerable. El hecho de que una sola filtración pueda interrumpir servicios esenciales, poner en peligro la seguridad y causar daños económicos y medioambientales significativos, ha multiplicado el interés por proteger los sistemas de tecnología operativa.
La seguridad de la tecnología operativa es la disciplina que protege estos sistemas esenciales frente a las ciberamenazas. Históricamente, los sistemas de tecnología operativa han estado aislados de las redes externas, lo que proporcionaba una potente capa de seguridad. Sin embargo, la convergencia de la tecnología de la información y las redes de tecnología operativa respaldadas por la transformación digital ha expuesto estos sistemas a los riesgos cibernéticos modernos, lo que ha propiciado la evolución de la seguridad de la tecnología operativa, que se centra en abordar las vulnerabilidades específicas de los entornos industriales a través de la automatización y otras herramientas especializadas. Combinada con la seguridad de TI, la seguridad de la tecnología operativa crea un enfoque integral para proteger tanto los dominios operativos como los informativos.
Aunque la seguridad de TI y la de la tecnología operativa comparten el objetivo de proteger los sistemas frente a las ciberamenazas, los entornos que protegen y los enfoques que requieren son básicamente diferentes. Los sistemas de TI están diseñados para procesar, almacenar y transmitir información, mientras que los de tecnología operativa están diseñados para controlar los procesos físicos y gestionar las operaciones industriales. Más concretamente, la seguridad de TI y la seguridad de la tecnología operativa se diferencian en los siguientes aspectos:
Mientras que la seguridad de TI se centra principalmente en proteger la confidencialidad e integridad de los datos, relegando la disponibilidad de los datos a un segundo plano, la seguridad de la tecnología operativa prioriza la disponibilidad por encima de todo. Esta circunstancia se debe a que el tiempo de inactividad en los entornos de tecnología operativa puede detener la producción, interrumpir los servicios esenciales o generar riesgos de seguridad. Las acciones básicas habituales de la seguridad de TI (como el reinicio de dispositivos para mitigar las amenazas) podrían tener graves consecuencias en la tecnología operativa.
Los activos de TI, como los portátiles y los servidores, suelen tener ciclos de actualización cortos (de entre tres y cinco años), por lo que siempre suelen contar con las funciones de seguridad más recientes. Por el contrario, los sistemas de tecnología operativa suelen permanecer en funcionamiento durante décadas. Muchos de estos sistemas heredados carecen de funciones de seguridad modernas y es posible que ni siquiera admitan parches, lo que hace que sean vulnerables. Además, estos sistemas suelen participar en procesos esenciales, por lo que detenerlos para realizar mantenimiento puede no ser una solución viable.
Los entornos de tecnología operativa utilizan protocolos de comunicación especializados que normalmente no son compatibles con las herramientas de seguridad de TI. Para que la seguridad de la tecnología operativa sea eficaz, se requiere un conocimiento profundo de estos protocolos para supervisar el tráfico de red y detectar anomalías. Además, algunos ataques a los sistemas de tecnología operativa son sutiles e implican alterar los parámetros operativos normales, por lo que es esencial entender lo que es o no normal para cada entorno específico.
A pesar de estas diferencias, los sistemas de TI y de tecnología operativa están cada vez más integrados, a menudo a través de redes compartidas y conexiones a Internet. Esta convergencia subraya la necesidad de la colaboración entre los equipos de seguridad de TI y de tecnología operativa para garantizar la protección de ambos dominios.
La tecnología operativa, los sistemas de control industrial y el Internet de las cosas industrial están estrechamente relacionados y funcionan conjuntamente para respaldar y proteger las operaciones industriales modernas. Comprender sus diferencias y coincidencias es clave para implementar una estrategia de seguridad de la tecnología operativa eficaz.
La tecnología operativa abarca los sistemas de hardware y software que se usan para monitorizar, controlar y automatizar los procesos físicos en entornos industriales. Incluye una amplia gama de dispositivos y sistemas que van desde sensores y actuadores hasta complejas plataformas de control, y su misión es proteger estos sistemas para garantizar el tiempo de uso, la seguridad y la integridad operativa.
Un sistema de control industrial es un subconjunto especializado de la tecnología operativa diseñado para automatizar y gestionar procesos industriales. Estas tecnologías mejoran la precisión del control de los procesos y equipos, por lo que son parte integral de las operaciones industriales. Además, dada la frecuencia con que interactúan con la infraestructura operativa esencial, su protección es una prioridad máxima dentro del marco de trabajo general de la seguridad de la tecnología operativa.
Este término hace referencia a la integración de sensores, dispositivos y sistemas conectados en entornos industriales. Al combinar la tecnología operativa con las funciones de TI modernas, el Internet de las cosas industrial optimiza la monitorización en tiempo real, el mantenimiento predictivo y la optimización de procesos. Sin embargo, esta mayor conectividad también amplía la superficie de ataque de la tecnología operativa, por lo que la seguridad del Internet de las cosas industrial es primordial para proteger las redes industriales.
Proteger la tecnología operativa no es solo una necesidad técnica; es un elemento fundamental para garantizar la fiabilidad y la seguridad de las operaciones industriales en un mundo interconectado. Como tal, ofrece una serie de valiosos beneficios, entre los que figuran los siguientes:
- Monitorización y visibilidad continuas
Una seguridad de la tecnología operativa eficaz debe supervisar de forma continua el tráfico de la red y los dispositivos conectados para que a las empresas les sea más fácil identificar las vulnerabilidades y posibles amenazas.
- Continuidad operativa
Si los sistemas de tecnología operativa están bien protegidos, los procesos industriales puedan funcionar correctamente y sin las interrupciones que pueden ocasionar los ciberataques.
- Reducción del riesgo para la seguridad
Al proteger contra las ciberamenazas, la seguridad de la tecnología operativa reduce el riesgo de incidentes, como fallos en los equipos o derrames de materiales peligrosos, lo que garantiza la seguridad del personal y de las comunidades circundantes.
- Resiliencia de la cadena de suministro
Un entorno de tecnología operativa seguro garantiza el buen funcionamiento de las cadenas de suministro industriales, evitando interrupciones y retrasos en la producción y entrega de bienes esenciales.
- Reducción de las pérdidas económicas
El tiempo de inactividad, los esfuerzos de recuperación y los daños en los equipos que pueden provocar los ciberataques a los sistemas de tecnología operativa pueden acarrear grandes gastos, pero podrían evitarse con una estrategia adecuada de seguridad de la tecnología operativa.
- Cumplimiento normativo
Implementar prácticas de seguridad eficaces ayuda a las organizaciones a cumplir los estándares de cumplimiento, evitar sanciones y mantener las licencias de explotación.
Control mejorado de los sistemas
La seguridad de la tecnología operativa garantiza que los sistemas y dispositivos funciones según lo previsto, ya que aplica estrictos controles de acceso y herramientas especializadas para impedir las actividades no autorizadas.
Lamentablemente, no todo son ventajas. La protección de los entornos de tecnología operativa también presenta ciertos desafíos que pueden generar vulnerabilidades que los ciberdelincuentes no dudarán en aprovechar, por lo que es fundamental que las empresas tomen medidas proactivas. A continuación se indican los desafíos clave de la seguridad de la tecnología operativa.
- Catalogar los sistemas heredados
Los sistemas de tecnología operativa heredados suelen carecer de características de seguridad modernas y son vulnerables a unas amenazas que no dejan de evolucionar. Por otro lado, muchas organizaciones tienen dificultades para mantener un inventario preciso de estos activos, lo que complica aún más la evaluación de riesgos y los esfuerzos de protección. Las empresas deberían realizar una auditoría exhaustiva de todos los activos de tecnología operativa para crear un inventario actualizado y utilizar herramientas de gestión de activos para monitorizar y evaluar regularmente las vulnerabilidades.
- Priorizar los dispositivos de tecnología operativa
No todos los dispositivos de este tipo tienen el mismo impacto en las operaciones. Por ejemplo, un ataque supone un mayor riesgo para un dispositivo esencial para la línea de producción que para otro de un área menos sensible, y saber cuáles hay que priorizar puede ser difícil. Se debería implementar una estrategia basada en el riesgo para identificar los dispositivos que son más esenciales para la continuidad y la seguridad.
- Contrarrestar el malware
Las herramientas de seguridad de TI tradicionales no suelen ser eficaces para detectar y detener amenazas de malware en entornos de tecnología operativa. El ransomware puede ser especialmente problemático, ya que la amenaza de tiempo de inactividad o daños en los equipos podría empujar a las organizaciones a pagar costosos rescates, lo que no haría más que incentivar a los atacantes. Implementa soluciones de seguridad específicas para la tecnología operativa que faciliten la monitorización, la búsqueda de amenazas y la detección de anomalías para identificar y neutralizar los problemas antes de que causen daños.
- Abordar las carencias de formación y de recursos
Muchos equipos de tecnología operativa no tienen experiencia en ciberseguridad, lo que crea vulnerabilidades en la gestión y protección de los sistemas de tecnología operativa. Proporciona al personal de tecnología operativa formación especializada en ciberseguridad y fomenta la colaboración entre los equipos de TI y tecnología operativa para mejorar su confianza y los resultados de seguridad.
Los desafíos inherentes a la seguridad de la tecnología operativa exigen una estrategia estructurada e intencional. Las siguientes prácticas recomendadas pueden ayudar a las empresas a proteger los sistemas y dispositivos industriales importantes frente a los ataques:
Establece un marco de control claro para supervisar las iniciativas de seguridad de la tecnología operativa. Esta práctica incluye definir roles y responsabilidades en las áreas de TI, tecnología operativa y seguridad. Desarrolla una estrategia integral de seguridad de la tecnología operativa que esté en sintonía con los objetivos empresariales, así como marcos de trabajo de gestión de riesgos que guíen la implementación de las medidas de seguridad.
Reúne un equipo multifuncional compuesto por expertos de los departamentos de TI, tecnología operativa y seguridad. Ofrece regularmente al equipo formación sobre las nuevas amenazas y prácticas de seguridad. También deberías implementar un programa de concienciación sobre ciberseguridad que ayude al personal a reconocer y responder a las posibles amenazas de seguridad.
Aplica medidas estrictas de control de acceso para que solo el personal autorizado pueda acceder a los sistemas de tecnología operativa. Utiliza métodos de autenticación multifactor y acceso remoto seguro, como el acceso de red de confianza cero. Segmenta las redes de tecnología operativa en zonas aisladas utilizando firewalls y otras tecnologías con el fin de limitar la superficie de ataque y contener las amenazas.
Realiza evaluaciones de riesgos periódicas para identificar y mitigar las vulnerabilidades en los sistemas de tecnología operativa. Implementa un programa de gestión del ciclo de vida para los activos de tecnología operativa que garantice que los dispositivos se rastrean, parchean y mantienen correctamente. Aplica un marco de trabajo de gestión de riesgos que se adapte a los cambios en las amenazas, y que respalde y proporcione un soporte fiable para la toma de decisiones fundamentadas.
Supervisa continuamente las redes de tecnología operativa para detectar riesgos y anomalías. Implementa un plan de respuesta a incidentes adaptado a los entornos de tecnología operativa, y procura que los equipos estén bien formados y equipados para responder de forma eficaz. Desarrolla funciones de recuperación y restauración, incluidos procedimientos de copia de seguridad de los datos, redundancia y conmutación por error, pues ayudarán a minimizar el tiempo de inactividad y las interrupciones operativas después de un evento de seguridad.
Por último, integra la seguridad de la tecnología operativa con la gestión de servicio para cerrar el ciclo: mejorará la coordinación, optimizará los flujos de aplicación de parches y la respuesta a incidentes, y mejorará la visibilidad de los eventos de seguridad. Alinear la gestión de servicio con la seguridad de la tecnología operativa mejora la protección al tiempo que optimiza las operaciones, lo que proporciona a las empresas lo que necesitan para mantener la integridad y fiabilidad de sus sistemas industriales esenciales.
La seguridad de la tecnología operativa es esencial para proteger los sistemas que sustentan la infraestructura y las operaciones fundamentales. Dicho esto, las empresas pueden tener dificultades para proteger estos sistemas de forma eficaz debido a los desafíos únicos que presentan los entornos de tecnología operativa. La Gestión de tecnología operativa de ServiceNow es una solución ideal para abordar estos desafíos, ya que permite a las organizaciones proteger, gestionar y optimizar sus entornos de tecnología operativa.
La Gestión de tecnología operativa mejora la visibilidad en todo el ecosistema de tecnología operativa, y asocia dispositivos con procesos de producción con el fin de evaluar los riesgos con precisión. Al utilizar soluciones de inteligencia artificial para automatizar los flujos de trabajo de gestión de la tecnología operativa en ServiceNow AI Platform, podrás minimizar el tiempo de inactividad, abordar las vulnerabilidades de forma proactiva y fortalecer la resiliencia operativa. ServiceNow te ayuda a reducir la superficie de ataque y a optimizar los esfuerzos de cumplimiento, lo que garantiza que el entorno de tecnología operativa siga siendo seguro y eficiente, y esté siempre listo para hacer frente a unas amenazas que no dejan de evolucionar.
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